No te preocupes si no entiendes nada de lo que está pasando
Lo más probable es que no sea culpa tuya
Una de las particularidades del mundo digital, en relación a su interacción con nuestra percepción de la realidad, es que todo parece suceder tan deprisa que el tiempo empieza a ser una herramienta de medición inútil. Es probable que lo que nuestros ojos ven de forma vertiginosa, en realidad tenga una cadencia bastante armónica aunque siempre lo percibamos al borde de la disonancia. Tenemos que, simplemente, adaptarnos a que la realidad vibre de un modo distinto a el que lo ha venido haciendo hasta ahora y no permitir que esa vibración nos altere.
David Bowie, una de las mentes más brillantes, no solo de la historia musical reciente, sino de cómo crear un arte comercial introspectivo que siempre asumía los retos de su presente, entregando algo útil y placentero para cualquier oyente, sabía que ciertas armonías vocales podían chirriar estando al límite, generar una extrema belleza llena de matices y aún así vivir en un perfecto equilibrio.
Así que no es cuestión de adoptar posturas frívolas achacando a los tiempos modernos el ruido que nos traen, sino de aprender a leer el ruido. Es, como en cualquier otra época, un cúmulo de retos, una cuestión de supervivencia y adaptación natural. Para la humanidad, igual que para Bowie, el riesgo siempre ha marcado el norte.
Nunca antes el ser humano ha estado tan expuesto a la innovación y a sus pormenores. Hoy, cada nuevo paso en la cadena de ensayo y error es noticia. No importa si hablamos de vacunas o teléfonos, todo nos llega en un intento de los mercados por ganar posición entre ellos, tanto si son de sectores distintos, como si se trata de compañías dentro de un mismo sector. Los medios de comunicación quieren llegar a ti antes y mejor que otros (el concepto de mejor en ese caso está definido por sus intereses, no por los tuyos). Las empresas quieren que pagues por sus nuevos pequeños avances y obtener tu feedback de vuelta para desarrollar un nuevo pequeño avance que vuelvas a pagar.
Igual que debemos aprender a ser mejores consumidores de producto, tenemos que aprender a serlo de contenidos. Por eso, si empezaste a escuchar el acrónimo NFT antes de ayer y, hoy, te dicen que los NFTs ya son cosa del pasado, no te preocupes. No es que no te enteres de nada, es que se trata de conjeturas del sector lanzadas como bombas que intentan colonizar tu atención. Es cierto que hasta ahora los NFTs han sido sinónimos de arte digital o todo tipo de coleccionables, pero has de saber que esa información es paja de relleno. Los NFTs son el resultado final que prueba que los procesos de atutenticación y fungibilidad de la llamada blockchain funcionan (bienes que pueden ser reemplazados por otros admitiéndolos legalmente como de igual calidad), y tú te has tenido y, te estás teniendo que, tragar todo el proceso a cada paso como si cada paso fuera el final.
Esta es una tónica que no tiene pinta de parar o evaporarse a corto plazo, así que, por el bien de tu salud mental y tu carrera, ten siempre esta idea en mente: vivimos en constante viaje, ya nunca más viviremos instalados en un destino confortable sin tener que preocuparnos de cómo hemos llegado hasta allí; el sistema ahora nos hace partícipes de cada nuevo paso como una macro dinámica de grupo. Vives en una relación recíproca y no te habías enterado. Tal vez sea hora de exigir recompensas.
Hoy, que ya se empieza a escuchar que los NFTs han caducado y que las compras hechas a nivel de coleccionables u obras de arte en 5 años no valdrán nada, te pido que no te asustes, porque eso es también parte del proceso. Los NFTs han llegado para quedarse. Sí es cierto que desde el inframundo que los viene gestando desde hace ya muchos años, se empieza a superar la fiebre del acrónimo para centrarse en lo que de verdad importa, la tecnología que les da vida y que permite mucho más que mercadear con canciones o ilustraciones, como nombrar estrellas con certificación, comprar propiedades inmobiliarias, edificar en parcelas, productos financieros -como inversiones por ejemplo- o préstamos de capital.
Llegará un día, no dentro de mucho tiempo, en el que las letras N, F y T pasen a los anales de la vulgar terminología legal que defina por qué medio has adquirido propiedad confirmatoria de algo. Porque lo que sí es cierto y, ninguna duda me cabe sobre ello, es que esta forma digital, que dentro de muy poco también será figura jurídica por todo el mundo es, hasta el momento, el mejor y más depurado marco que se ha inventado en la historia para demostrar propiedad legal sobre algo.
Mientras tanto, no te estreses, no intentes coger el tren de cada nueva tendencia y encajar tu proyecto a la fuerza en ellas o que ellas encajen a la fuerza en él, pero tampoco te quedes al margen si lo que quieres es, como casi todo el mundo, llegar a buen puerto algún día. No estás solo, en DESTINO te ayudamos a navegar por este mundo y aprender cómo hacerlo por ti mismo.
Como dice un buen amigo mío, “es el principio de un cambio transformacional”. Es decir, que las reglas ya han cambiado y un nuevo orden está siendo implantando.